La causa del
mal en el mundo es el pecado. El Diablo y los demonios fueron creados por Dios,
pero ellos mismos se hicieron malos porque cometieron el gran pecado de
rechazar a Dios. Inmediatamente fueron lanzados al infierno, condenados para
siempre.
Por su
pecado tienen odio a Dios y envidia a los hombres. Por eso tentaron a Adán y Eva, nuestros primeros padres,
diciéndoles que si desobedecían a Dios, serían como dioses y conocerían el bien
y el mal.
Adán y Eva
se dejaron engañar por el demonio y desobedecieron a Dios. Este fue el primer
pecado en la tierra: el pecado original, y por esto todos los descendientes de
Adán y Eva, excepto la Santísima Virgen María, venimos al mundo con el pecado
original en el alma, y con las consecuencias de aquel primer pecado, que se nos
transmite por generación.
Pero ¿Qué es el pecado original?
El pecado
original con el que todos nacemos es la privación de la santidad y justicia
originales. El pecado introduce en el mundo una cuádruple ruptura: la ruptura
del hombre con Dios, consigo mismo, con los demás seres humanos y con la
creación toda.
y ¿Qué consecuencias tiene el pecado
original para nosotros?
Producto de
estas rupturas, las consecuencias que tiene el pecado original para nosotros
son: el debilitamiento de la naturaleza humana, que ha quedado sometida a la
ignorancia, al sufrimiento, a la muerte y a la inclinación al pecado.
Entonces ¿Cómo se borra el pecado original?
"En el
momento en que hacemos nuestra primera profesión de fe, al recibir el santo Bautismo que nos purifica, es tan pleno y tan completo el
perdón que recibimos, que no nos queda absolutamente nada por borrar, sea de la
culpa original, sea de cualquier otra cometida u omitida por nuestra propia
voluntad, ni ninguna pena que sufrir para expiarlas.
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